NACE: Las terapias Holisticas

Las terapias holisticas

Existe una relación cuerpo-mente que va de la cabeza a los pies que refleja
cómo las actitudes conflictivas, los temores y los sentimientos reprimidos
pueden influir directamente en el organismo y su funcionamiento.

Según el doctor Edward Bach, la enfermedad es el fruto de un conflicto
entre el alma y la personalidad. El alma representa nuestra orientación
trascendente y la personalidad nuestros intereses inherentes.
El conflicto entre estas dos orientaciones representa la lucha entre
la voluntad de transformación y la voluntad de conservación.
Las enfermedades son una tentativa de autocuración, una
reacción biológica de supervivencia frente a un acontecimiento
emocionalmente incontrolable, de manera que cualquier órgano dañado,
corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con l
as emociones y los pensamientos.

Todo lo que pasa en nuestro cuerpo está ligado con nuestros
pensamientos y emociones, toda causa tiene un efecto que se
manifiesta como salud o como enfermedad, al ser canales de energía
nuestro cuerpo está conectado con el Universo, por lo que nuestros
órganos sexuales están relacionados con la tierra (semilla), el vientre
con el agua (cordón umbilical), el estómago con el fuego, el pecho
con el aire, la garganta con el espíritu y la cabeza con el cielo.
Los órganos van descifrando nuestros sentimientos y se expresan acorde a ello.

Día a día nos enfrentamos a situaciones con las que no contábamos
y nuestro cuerpo nos expresa a través de infinidades de síntomas y
enfermedades que algo no está funcionando bien; nuestro cuerpo
responde a la manera de cómo pensamos, esto se denomina con
frecuencia la conexión cuerpo-mente.

La vida no es más que un reflejo de la mente; si tenemos pensamientos
positivos de paz, armonía y equilibrio, nuestro cuerpo lo reflejará, así como
también ocurre con los pensamientos negativos, es allí cuando el cuerpo
grita ¡basta! y hay que identificar la situación que no nos permite seguir.

Algunos síntomas de este desequilibrio:

Dolor de espalda, cambio de apetito, dolor de pecho, estreñimiento
o diarrea, re-sequedad de boca, cansancio, malestar y dolor generalizado,
presión arterial, insomnio, mareos, palpitaciones, problemas sexuales,
sensación de falta de aire, tensión en el cuello, sudoración, malestar
estomacal, subir o bajar de peso...

Las terapias holística nos dan una lista de algunos síntomas.

Se trata de 13 síntomas que el organismo utiliza para comunicar:

- Dolor de estómago: puede sobrevenir cuando uno no puede
digerir frustraciones y exceso de trabajo.

- Dolor de garganta: la garganta arde cuando no es posible
comunicar las aflicciones y sentimientos reprimidos.

- Resfriado: la enfermedad es un conflicto entre la personalidad
y el alma. Muchas veces, el flujo nasal, típico del resfriado, es el
resultado de que el cuerpo llora.

- Diabetes: el azúcar invade la sangre cuando la soledad y la falta
de cariño están presentes.

- Obesidad: el cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta y
no estamos conformes con lo que tenemos y en vez de hacer algo
por mejorar solo nos reprochamos y nos llenamos de cosas negativas.

- Presión alta: la presión sube cuando el miedo aprisiona y la
ansiedad crece, no hay nada peor que la incertidumbre que también
provoca este trastorno, al igual que el estrés excesivo y la falta de descanso mental.

- Neurosis: esta paraliza cuando el niño interior va desvaneciéndose,
deja de ver el lado bueno y práctico de la vida y se llena de prejuicios.

- Fiebre: la temperatura corporal se puede elevar cuando las defensas
explotan las fronteras de la inmunidad.

- Dolor de cabeza: el dolor de cabeza domina el cuerpo cuando
las dudas aumentan, el estrés nos invade y, especialmente, cuando
estamos muy cerca de un círculo social negativo y nocivo para nuestra salud. 'Aléjese!

- Dolor de espalda: la espalda se manifiesta, en ocasiones,
cuando queremos ser protagonistas de todo y estar en presente,
incluso, en lo que no nos incumbe. Aprende a atender tus asuntos
y no intervengas en la vida de los demás.

- Dolor de rodillas: las rodillas duelen cuando el orgullo no se
doblega; indica que está aguantando una situación más allá de su
resistencia y que debe concluir inmediatamente.

- Dolor de pecho: el tórax aprieta cuando el orgullo esclaviza,
somos demasiado rígidos y no aprendemos a ser flexibles, cuando
creemos que nuestra única verdad es la que vale y ponemos por
encima de todos nuestra forma de pensar, sin darnos la oportunidad
de conocer nuevas opiniones.

- Dolor en el corazón: el corazón aprieta cuando el sentido de la
vida parece terminar, al realizar actos de los que no estamos orgullosos
y como consecuencia de ellos, se han visto afectadas otras personas.

El cuerpo nos manda señales y en cada zona corporal conviven tres
informaciones:

La memoria de nuestro árbol genealógico: nuestra familia está viva en
la piel y en nuestro cuerpo se puede reconocer la huella que nos han dejado;

la memoria biográfica personal: desde la manera que hemos sido concebidos,
pasando por el tipo de parto y de como nos han acariciado de niños, todo
queda escrito en el cuerpo;

y los mensajes que el sabio interior nos envía a través del cuerpo.

Si prestamos atención a las señales que nos manda el cuerpo, podemos
prevenir, curar y mejorar nuestra salud, porque nuestro cuerpo habla

a través de los ojos: el ojo derecho es el intelectual, el racional y el
ojo izquierdo es el del corazón

La columna vertebral: es el eje de nuestra estructura ósea, la encargada
de mantenernos erguidos y está ligada a la voluntad, nos da solidez y flexibilidad

los pulmones y vías respiratorias: Están relacionados con nuestra libertad;

el hígado: Si la vida de una persona se desmorona y está sobrecargada

las caderas: nos cuesta avanzar hacia nuestro objetivo

el corazón: ligado al amor, a un intercambio de dar y recibir en equilibrio

el estómago: Digerir una situación, adaptarnos a ella

los riñones: se almacenan los temores, el miedo, los traumas...

Si nuestros órganos no funcionan correctamente, algo falla en nuestras
actitudes y adaptación a las situaciones que se nos presentan en la vida..

Afirma el perdón: Escribe 20 veces cada día durante un mes:
" Yo te perdono a ti, (el nombre de la persona con la que tienes
el conflicto), por todo lo que me has hecho (escribe lo que salga
sin reprimirlo). Este ejercicio aportará luz a lo que sientes y te
ayudará a liberarte del dolor que siempre está escondido detrás
del rencor. Las afirmaciones actúan siempre tanto a nivel consciente
como inconsciente, posibilitando el genuino perdón.

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